En nuestro deseo de cuidar a nuestros hijos y no hacerlos sufrir, puede que evitemos hablar de ciertas cosas. Una de ellas es la posibilidad de que nos pase algo malo estado solos con ellos.
Lo cierto es que, aunque deseemos con todas nuestras fuerzas que nada malo nos pase cuando estamos a solas con nuestros hijos, puede pasar. Somos humanos, y nos lastimamos, nos descomponemos, nos enfermamos.
Por eso, es muy buena idea que le enseñes a tus hijos, cuando estén en edad de hablar y entender, qué deben hacer si algo te ocurre.
Lo que debe saber
No es necesario que les hagas una lista de todos los horrores que pueden suceder cuando estén solos, la idea no es traumarlos, sino concientizarlos. Sí debés decirles que puede que en algún momento te sientas mal y necesites ayuda. Entonces, deben saber qué hacer.
Sobre todo, haceles entender que, aunque seas su mamá y una persona adulta, puede que un día también te sientas mal. Que es normal, que no tienen que preocuparse de más, pero tienen que saber reaccionar.
Explicales cómo usar el celular, y enseñales a marcar el número de una persona de confianza (su papá, la abuela, un tío…) y cómo marcar el 911.
Qué deben decir en la llamada
Es importante que tus hijos sepan muy bien dos cosas:
- Decir su nombre (y su edad en caso de llamar a emergencias)
- La dirección en la que se encuentran. Especialmente, ayudalos a memorizar la dirección de su casa.
Así, cuando llamen por una emergencia, con presentarse, decir su edad y el lugar donde se encuentran ya lograrán conseguir ayuda.
También es importante que les enseñes a abrir la puerta para dejar pasar a un médico, un familiar, etc. Claro que siempre recordándole que sólo debe hacerlo cuando se trate de una emergencia.
Como decíamos, no es la intención generar miedo en tus hijos. Simplemente tener las herramientas necesarias, pues no sabés cuándo van a poder necesitarlas y, la verdad, le harás un bien a toda la familia.
Podés anotarles (o dibujarles, si no saben leer) las instrucciones y los teléfonos y pegarlos en la heladera para que estén cerca si se ponen nerviosos y se olvidan lo que deben hacer.
¿Qué te parece? ¿Alguna vez habías pensado en hablar de esto con tus hijos?