Estás empezando a vivir el momento más importante de tu vida, ese que esperaste durante tanto tiempo: comenzaste a ocupar el rol de mamá. Es normal que, ante el título de mamá primeriza, estés perdida y no sepas por donde arrancar.

Pasar del rol de mujer sin hijos al de mamá es un paso muy importante, no sólo para vos, sino para tu entorno. Aunque estar rodeada de todos tus afectos es fundamental, a veces también te ves un poco presionada. Sentís que todos esperan de vos demasiado, y te preocupa no estar a la altura de las circunstancias.

Así que, lo primero que te vamos a decir es: tranquila, lo estás haciendo bien.

Pero de todos modos, también preparamos para vos esta lista de consejos que te pueden servir en momentos en los que no sepas muy bien para qué lado ir. Que te ayudarán a tomar decisiones que no sólo le hagan bien a tu bebé, sino que también cuiden a toda la familia (¡incluyéndote a vos!)

Los consejos para una mamá primeriza que tienes que leer

1 . Mamá sana, bebé sano

Tu bebé es tu prioridad, y lo que hace girar tu mundo. Pero eso no tiene que ser sinónimo de que descuides tu salud.

Cuidate y date momentos para vos. Buscá espacios para descansar, física y mentalmente. Lo que te pase a vos, tu bebé lo percibirá, por eso que estés bien es el mejor regalo que le podés hacer.

2. Informate, pero sin volverte loca

Estar informada es lo que te ayudará a sentirte segura en momentos difíciles. Pero tené en cuenta que nadie puede saberlo todo.

Cuando tengas dudas, siempre habrá alguien a quien recurrir: otra mamá primeriza, el pediatra o una amiga. No te sientas mal si hay algo que no sabes; a todo el mundo le pasó alguna vez.

3. Seguí tu instinto

Nadie conoce a tu bebé como vos. En los momentos en los que la duda te invada, utilizá tu mejor herramienta: tu instinto maternal. Siempre encontrarás una solución.

4. No te pases de abrigo

Los recién nacidos tienden a enfriarse, pero si los abrigamos demasiado transpiran mucho. Usá como termómetro sus manos y pies: si están fríos, abrigalo más.

Si, en cambio, ves que tiene parte del cuello y la cabeza sudados, sacale algo de ropa.

mamá primeriza

5. Dejá que los demás lo mimen

Naturalmente, cuando tu hijo es bebé, tendrás la tendencia a sobreprotegerlo. Es normal, pero no le niegues la posibilidad de recibir cariño de los demás. Para un bebé es importante socializar.

Usá el sentido común. Si alguien enfermo quiere besar a tu bebé, pedile amablemente que no lo haga porque lo puede contagiar. Pero en ocasiones normales, dejá que los demás lo sostengan o mimen.

6. No quieras tenerlo todo

Ya estás lo suficientemente presionada por las circunstancias, como para agregarte fuentes de estrés. Por eso, te conviene no preocuparte demasiado por tener hasta el último accesorio.

Los niños sólo necesita un lugar donde dormir, comida y abrigo. Lo demás, si tenés la posibilidad de dárselo, genial. Sino, no pasa nada.

7. No lo dejes llorar

Existe la creencia popular que a los bebés hay que dejarlos llorar para que no se malcríen. Sin embargo, para ellos es importante saber que estás ahí. Además, sobre todo cuando son pequeños, el llanto es la manera de expresar que algo les pasa.

Por eso, si tu bebé llora, no lo dejes: atendelo, y tratá de entender qué es lo que le pasa.

8. No te dejes presionar

Lo dijimos en el punto 3: nadie conoce a tu bebé mejor que vos. Está bien que escuches los consejos de tu mamá, tus hermanas o de todos los que quieren ayudar, pues lo hacen con buena voluntad y seguramente tienen mucho para dar.

Pero no dejes que su opinión te afecte. Al final, puede que seas mamá primeriza, pero sos la que tiene la última palabra.

9. Relacionate con mamás que estén en la misma etapa que vos

Nadie te va a entender mejor que la mamá de otro bebé. Especialmente si también es mamá primeriza.

Buscá grupos de madres, y apoyate en las experiencias de otras mujeres que tengan hijos de la misma edad que el tuyo, y que compartan tu modo de crianza.

Tener un espacio para intercambiar alegrías, tristezas y preocupaciones con gente que te entiende porque lo está viviendo en el mismo momento te servirá de apoyo y guía.

10. No ocultes tus emociones

No importa cuanto intenten convencerte de lo contrario: no existen súper mamás. Estar cansada o triste no te hace mala madre, te hace humana.

Por eso, en los momentos en los que no te sientas del todo bien, expresar abiertamente tus sentimientos a tu pareja, tu familia y amigos te ayudará a encontrar el apoyo que te hace falta para volver a salir adelante.

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